Fue el mismo rey Juan Carlos quien asumió en su discurso de abdicación que España vive "un impulso de renovación, de superación y de corregir errores".
Con este contexto, en el que la crisis económica aún golpea muy fuerte a los españoles, el monarca decidió renunciar a favor de su hijo, el príncipe Felipe, quien iniciará un nuevo reinado marcado por el descontento social y la baja popularidad de la Casa Real.
Ostentando la aprobación más alta entre los miembros de la monarquía española, con un 66% de popularidad, Felipe VI arribará el trono en medio de los escándalos protagonizados por su familia e incluso su propio padre.
La polémica opción deportiva del rey Juan Carlos, quien fue fotografiado cazando elefantes en Botsuana (África) y los juicios de corrupción contra su cuñado Iñaki Urdangarín, han generado una desconfianza social contra la Casa Real española.
Ese rechazo hacia sus monarcas, será el principal obstáculo que deberá enfrentar Felipe VI, quien es considerado uno de los miembros más confiables y reservados de la Casa Real.
De acuerdo a los sondeos de opinión del Centro de Investigaciones Sociológicas de España (CIS), en 2012 el 53% de los españoles prefiere a la monarquía como sistema de Gobierno, mientras que el 37% opta por la república.
Estas cifras, distan mucho de las encuestas realizadas antes de la crisis económica o de los escándalos reales, cuando el 72% de los encuestados prefería a la monarquía.
HEREDERO EJEMPLAR
Con 46 años, y casado con la princesa Letizia, quien se convertirá en la segunda reina plebeya de Europa (la primera es la argentina Máxima de Holanda), Felipe ha seguido fielmente los consejos que dictan la buena crianza real y no ha protagonizado grandes escándalos ni bochornos que podrían poner en riesgo su reinado.
"Hacer realidad mi deseo firme y permanente de adaptar y de adecuar la institución a los tiempos que vivimos en cada momento, impulsando un proyecto que une nuestra historia con el futuro, que engarza nuestra tradición a un espíritu de vanguardia y progreso", es lo que dice en uno de sus discursos.
Estas palabras son la muestra del estilo reservado y conservador de Felipe, signo que ha sido valorado por los españoles que en los últimos años han convivido con crisis y recortes al presupuesto público.
Sus declaraciones, que han sido consideradas hasta cierto punto renovadoras, están enmarcadas en este nuevo contexto social, en el que buscará traer confort y calma a los golpeados españoles que han comenzado a cuestionar el valor de la monarquía en medio de un presupuesto mermado por la intervención de la comunidad europea.
Con esto en mente, le vendrá muy bien ser el primer rey con título universitario y preparación avalada a nivel internacional. Esto, porque Felipe VI ostenta una licenciatura en de Derecho, obtenido en la Universidad Autónoma de Madrid, y un Máster en Relaciones Internacionales, logrado en la Universidad de Georgetown.
Tal como explica el diario El País¸ "el Príncipe lleva al menos un par de años pasándolo mal, pero sin arrugar el gesto. Es la paradoja de su vida".
Esta contradicción en la que lucha por sentir como un hombre normal y al mismo tiempo ser un heredero ejemplar, han hecho de Felipe un hombre digno de confianza, sobre todo, por un carisma indiscutido que tendrá que poner a prueba en los próximos años de reinado que se le vienen por delante.
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Foto: agencia Reuters