Comenzar el día con una rutina de ejercicio matutina produce beneficios que van mucho más allá de mejorar la condición física: fortalece la salud mental, eleva los niveles de energía y prepara el cuerpo y mente para afrontar las demandas diarias con mayor vitalidad.
Según especialistas, respaldados por la Organización Mundial de la Salud (OMS), dedicar algunos minutos al movimiento no sólo contribuye a vivir más años, sino también a disfrutar de una mejor calidad de vida.
Y aunque no es obligatorio ejercitarse por la mañana para obtener resultados, hacerlo temprano favorece la constancia y ayuda a consolidar el hábito de forma sostenida.
De esta forma, la combinación de actividad física regular y alimentación equilibrada sigue siendo la base para vivir más y mejor. Mantener este compromiso reduce el riesgo de enfermedades crónicas, fortalece el sistema inmunológico y promueve el bienestar físico y emocional.
Además, iniciar el día activamente genera efectos positivos en la productividad y concentración, impactando tanto en la salud como en el desempeño diario.
¿Cuánto tiempo se recomienda entrenar?
La duración ideal del ejercicio varía según los objetivos personales, pero existe consenso en considerar 30 minutos diarios como el punto de partida mínimo.
La OMS mantiene esta pauta, mientras que el Consejo Americano del Ejercicio destaca que entrenar al comienzo del día está asociado a una mayor regularidad y a un nivel de actividad más elevado durante el resto de la jornada.
Por su parte, la Northwestern Medicine sugiere que una sesión matutina de 45 minutos puede influir positivamente en la regulación del apetito y ayuda a controlar la sensación de hambre hasta el final del día, un factor clave para quienes buscan mantener o reducir su peso.