Desde el llano de Chajnantor, a 5.000 metros de altitud en el desierto de Atacama, astrónomos chilenos han logrado observar las primeras galaxias que existieron tras el Big Bang, marcando un hito histórico para la astronomía nacional.
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El avance es fruto del proyecto CRISTAL, liderado por Rodrigo Herrera-Camus, director del Núcleo Milenio de Galaxias (MINGAL) y astrónomo de la Universidad de Concepción (UdeC). Es el primer gran estudio en los diez años de operaciones del Observatorio ALMA que es dirigido completamente desde Chile, combinando además datos de los telescopios espaciales Hubble y James Webb.
Las primeras galaxias en la historia cósmica
Los hallazgos fueron presentados este martes en Santiago y publicados en la prestigiosa revista Astronomy & Astrophysics. El equipo logró observar galaxias que se estaban formando cuando el universo tenía apenas el 7% de su edad, es decir, alrededor de 1.000 millones de años después del Big Bang.
“ALMA es el único observatorio que nos permite estudiar el gas y el polvo del que nacen estas estrellas”, explicó Herrera-Camus durante la presentación según biobiochile.cl.
Gracias a la combinación de observaciones de ALMA, James Webb y Hubble, los astrónomos pudieron reconstruir un cuadro detallado del universo temprano, identificando las primeras estrellas y, por primera vez, localizando el gas frío que da origen a estos astros.
“Con ALMA podemos ver dónde está el gas frío, algo que no era posible antes de este proyecto. Es una visión única y detallada”, agregó Herrera-Camus.
Un censo cósmico sin precedentes
Para llevar adelante esta investigación, el equipo chileno obtuvo 150 horas de observación con ALMA. Más de 40 astrónomos de todo el mundo participaron en el estudio, incluyendo al Premio Nobel de Física 2020, Reinhard Genzel, quien colaboró en el diseño de la investigación.
Antes de estos resultados, los científicos se preguntaban en qué momento las galaxias comenzaron a rotar y a formar discos, como los que se observan en el universo actual.
“Gracias a ALMA tenemos la respuesta. Esto ocurrió mucho antes de lo que pensábamos, cuando el universo tenía apenas 1.000 millones de años. Y eso nos llena de orgullo”, destacó Herrera-Camus.
El proyecto CRISTAL permitió realizar un verdadero censo de las primeras galaxias, obteniendo datos con un nivel de detalle nunca antes alcanzado.
Descubrimientos clave
Entre los hallazgos más importantes destacan:
- Galaxias con más polvo cósmico de lo esperado: con elementos como carbono, oxígeno y nitrógeno, fundamentales para la vida.
- Formación temprana de discos galácticos: la mitad de las galaxias ya mostraban rotación organizada, pese a ser muy jóvenes.
- Vientos galácticos: muchas galaxias expulsa materia a más de un millón de kilómetros por hora, esculpiendo su estructura.
“Descubrimos que estas galaxias son muy complejas. Hay mucho más polvo cósmico del que pensábamos para esa época temprana del universo, y también encontramos evidencias de vientos galácticos a velocidades impresionantes”, explicó el astrónomo Herrera-Camus según biobiochile.cl.
Por qué estudiar las primeras galaxias
Observar estas estructuras tan antiguas ayuda a entender cómo se formaron las galaxias, incluida la Vía Láctea, y ofrece nuevas pistas sobre la evolución del universo. Este descubrimiento consolida el liderazgo de la astronomía chilena en la investigación de los orígenes del universo, y posiciona a ALMA y a los científicos locales en la vanguardia de la exploración cósmica.
Lee la investigación acá.