Un estudio internacional reveló que mantener horarios de sueño irregulares puede ser más perjudicial para la salud que no dormir lo suficiente. Según los investigadores, acostarse y levantarse a la misma hora todos los días es aún más importante que alcanzar el clásico estándar de ocho horas de sueño.
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Dormir bien no es solo dormir más
La investigación, publicada en la revista Health Data Science, fue liderada por científicos de la Universidad de Pekín y la Universidad Médica del Ejército de China, quienes analizaron los patrones de sueño de 88.461 adultos del Biobanco del Reino Unido durante casi siete años. Los datos se obtuvieron mediante dispositivos portátiles que monitorearon seis dimensiones clave del sueño: duración, inicio, ritmo, intensidad, eficiencia y despertares nocturnos.
El hallazgo más importante fue que la regularidad del sueño, mantener un horario constante para dormir y despertar; tuvo un impacto mayor en la salud que la cantidad de horas dormidas.
“Nuestros hallazgos subrayan la importancia, a menudo pasada por alto, de la regularidad del sueño”, afirmó el epidemiólogo Shengfeng Wang, autor principal del estudio.
Patrones irregulares y 172 enfermedades
Los resultados fueron sorprendentes: se encontró una relación entre la irregularidad en el sueño y el riesgo de desarrollar hasta 172 enfermedades. La inestabilidad en los horarios de sueño-vigilia fue tres veces más influyente en el desarrollo de enfermedades que la duración o la hora en que las personas se dormían.
Entre los riesgos más relevantes destacan:
- Dormir regularmente después de las 00:30 a. m. aumenta 2,57 veces el riesgo de padecer cirrosis hepática.
- Una baja estabilidad en los ciclos diarios incrementa 2,6 veces el riesgo de gangrena.
- Se triplica el riesgo de padecer enfermedad de Parkinson.
- Aumenta en 60% la probabilidad de desarrollar diabetes tipo 2.
- Fomenta otras afecciones asociadas: hipertensión, EPOC, insuficiencia renal aguda y depresión.
¿Dormir más también es malo?
El estudio también cuestiona el viejo mito de que dormir más de nueve horas es perjudicial. En el estudio el 21,6% de las personas que decían dormir más de nueve horas, en realidad descansaba menos de seis. Esto indica que el verdadero problema no es dormir demasiado, sino creer que se descansa más al dormir más.
¿Por qué un mal sueño afecta tanto?
Aunque los mecanismos aún no están completamente claros, el equipo científico cree que la inflamación sistémica puede estar en el centro de estos efectos. El siguiente paso será evaluar si intervenciones que promuevan la regularidad del sueño pueden disminuir efectivamente los riesgos de enfermedades crónicas.
“Es hora de ampliar nuestra definición de buen sueño más allá de la simple duración”, concluyó Wang.
Es importante recordar que un enfoque integral sobre las distintas características del sueño podría ser clave para la salud, ya que diversos trastornos están asociados a múltiples aspectos del descanso. No basta con tener una rutina regular: son las buenas prácticas de higiene del sueño en su conjunto las que verdaderamente protegen nuestro bienestar.