Un equipo internacional de paleontólogos descubrió en la Patagonia argentina al Joaquinraptor casali, un dinosaurio del grupo de los megaraptores, con un detalle sorprendente: en sus mandíbulas se preservó el hueso de un cocodrilo del Cretácico, lo que podría representar su última comida de hace unos 70 millones de años.
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El hallazgo, publicado en la revista Nature Communications, ofrece una ventana excepcional al comportamiento de estos depredadores, ya que los fósiles que conservan restos de alimentación son extremadamente raros.
Un depredador formidable
El Joaquinraptor casali encontrado medía más de 7 metros de largo y superaba la tonelada de peso. Con un hocico alargado, brazos robustos y garras curvas, se posiciona como uno de los megaraptores más completos encontrados hasta la fecha.
“Encontrar fósiles que revelan lo que comían los dinosaurios es poco común. Este descubrimiento constituye una instantánea de la ecología del Cretácico”, destacó el paleontólogo Matthew Lamanna, del Museo Carnegie de Historia Natural de Pittsburgh, según la revista Nature Communications.
Un género lleno de misterios
Los megaraptores desconciertan a los científicos desde que se identificó el género en 1998. Eran más grandes que los velociraptores, con características similares a los tiranosaurios, pero prosperaron en regiones donde estos no estaban presentes.
El equipo liderado por Lucio Ibiricu, del Instituto Patagónico de Geología y Paleontología, encontró los restos en la provincia de Chubut, en 2019. Desde entonces, han trabajado en la recuperación y análisis del esqueleto, que incluye cráneo, brazos y vértebras en un notable estado de conservación.
¿Coincidencia o la última cena?
Los investigadores aún debaten si el hueso del cocodrilo terminó en la mandíbula del Joaquinraptor por azar o si realmente fue su presa final. Sin embargo, la disposición de los huesos sugiere que se trata de un registro directo de su dieta.
“Es un aspecto sensacional del hallazgo y podría ser la fotografía fósil de la interacción entre dos depredadores del Cretácico”, comentó el paleontólogo argentino Fernando Novas, del Museo Argentino de Ciencias Naturales Bernardino Rivadavia.
El descubrimiento confirma que los megaraptores sobrevivieron hasta el final del Mesozoico, justo antes de la extinción masiva causada por el impacto de un asteroide hace 66 millones de años.