Entre las aguas gélidas de los fiordos de Kvænangen, al noreste de Tromsø, Noruega, un sorprendente hallazgo dejó boquiabiertos a científicos y amantes de la naturaleza: dos orcas salvajes fueron registradas en lo que parece ser un verdadero “beso” con lengua. Este comportamiento, inédito hasta ahora en libertad, abre una ventana fascinante a la compleja vida social de estos gigantes marinos, muchas veces encasillados solo como temidos depredadores.
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La escena fue grabada durante una expedición de snorkel en octubre de 2024, gracias a un grupo de científicos ciudadanos armados con una GoPro. El momento, que duró casi dos minutos, mostró tres episodios de contacto suave y boca a boca entre dos orcas adultas, una interacción jamás antes documentada en su hábitat natural.
A form of kissing
— GO GREEN (@ECOWARRIORSS) July 2, 2025
Affectionate 'tongue nibbling' observed for the first time among orcas in the wild
Orcas are the largest member of the dolphin family and, in the wild, are generally not regarded as dangerous toward humans, but many killed by humans https://t.co/hxMaOQZ6iC pic.twitter.com/PnVhzGhkXR
“Morder la lengua es algo excepcionalmente raro”, explicó Javier Almunia, coautor del estudio publicado en la revista Oceans según DW. “En cautiverio se ha observado ocasionalmente, pero puede pasar años sin volver a verse".
Un momento íntimo entre gigantes
La grabación detalló tres “besos” de 10, 26 y 18 segundos, respectivamente. Al finalizar, las orcas se separaron y siguieron nadando como si nada. Este gesto recuerda lo visto en Loro Parque, en Tenerife (España), donde orcas en cautiverio han sido observadas sacando la lengua mientras otra les “mordisquea” suavemente.
Hasta ahora, los únicos registros de este comportamiento provenían de zoológicos o acuarios, con menciones que datan incluso de 1978. La gran diferencia es que esta es la primera vez que se documenta entre orcas salvajes, dándole aún más relevancia al hallazgo.
¿Solo un beso o algo más profundo?
Más allá del momento “romántico”, el comportamiento podría tener implicaciones biológicas importantes. En primates, por ejemplo, los besos suelen ser señales de confianza o vínculo social. Entre lobos y perros, lamerse la boca es una muestra de respeto o sumisión. En cetáceos como belugas y ahora las orcas, el contacto bucal podría cumplir funciones similares: fortalecer lazos sociales, aprender habilidades motoras o, simplemente, expresar curiosidad y juego.
Incluso, algunos científicos creen que este tipo de conductas podrían ser modas pasajeras en grupos de orcas, tal como ocurrió cuando se las vio luciendo peces muertos sobre sus cabezas a modo de sombrero.
Una mirada distinta a las “ballenas asesinas”
Este hallazgo refuerza la idea de que las orcas, los mayores integrantes de la familia de los delfines; poseen una vida social extraordinariamente compleja, muy lejos de la simple imagen de “ballenas asesinas”. En estado salvaje, las orcas no representan un peligro para los humanos, y comportamientos como este destacan su inteligencia y la riqueza de sus interacciones sociales.
Luke Rendall, investigador de la Universidad de St. Andrews, fue cauto según detallo DW: “Sólo podemos especular sobre su función. Podría ser una conducta afiliativa, un intento de recibir alimento o incluso una forma de acicalamiento”.
Sea cual sea la explicación, las imágenes de estas orcas “besándose” nos recuerdan lo mucho que queda por descubrir bajo la superficie del mar. Y quizás, lo parecido que pueden ser sus relaciones a las nuestras.