Cada 31 de mayo se conmemora el Día Mundial Sin Tabaco, una fecha clave para reflexionar sobre el impacto del tabaquismo en la salud. En Chile, se estima que fumar causa 52 muertes diarias, una cifra que alarma y que pone sobre la mesa la necesidad de educar, prevenir y fiscalizar.
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Verónica Iglesias, jefa del Programa de Epidemiología de la Escuela de Salud Pública, entrega un mensaje contundente: “Los fumadores viven, en promedio, diez años menos que quienes nunca han fumado”.
Daños del tabaco: más de 15 tipos de cáncer y enfermedades crónicas
Desde los estudios pioneros en los años 50 hasta hoy, la evidencia ha sido categórica: fumar aumenta el riesgo de al menos 15 tipos de cáncer, entre ellos el de pulmón, boca y vejiga. También se asocia a enfermedades cardiovasculares y patologías respiratorias como la EPOC.
Además, el humo de segunda mano afecta gravemente a quienes conviven con personas fumadoras, siendo especialmente peligroso para niños, embarazadas y adultos mayores. La Agencia Internacional de Investigación en Cáncer (IARC) lo clasifica como un carcinógeno del Grupo 1.
Dejar de fumar: beneficios que comienzan al instante
Abandonar el tabaco genera beneficios inmediatos: reduce en 39% el riesgo de enfermedades cardiovasculares en los primeros cinco años, mejora la capacidad pulmonar, el estado físico y el bienestar general. También significa un ahorro económico importante.
El peligro del vapeo: no es inocuo
Iglesias advierte que los cigarrillos electrónicos, populares entre adolescentes, también son nocivos. El “vapeo” libera sustancias cancerígenas, irritantes y metales pesados que afectan los pulmones y aumentan el riesgo de enfermedades respiratorias.
¿Qué desafíos enfrenta Chile?
La experta destaca cuatro ejes para enfrentar la epidemia del tabaco:
- Educación preventiva: especialmente en niños y adolescentes, para evitar que comiencen a fumar.
- Políticas públicas más estrictas: aumentar impuestos, regular publicidad y garantizar espacios 100% libres de humo, incluso al aire libre.
- Tratamientos accesibles: incluir la cesación del tabaco en el plan GES, garantizando cobertura universal.
- Fiscalización efectiva: frenar el contrabando de cigarrillos y vapeadores, y regular la venta informal en ferias y calles.
“La nicotina es altamente adictiva. Entre más temprano se inicia el consumo, mayor es el riesgo de adicción y de consumo de otras sustancias”, subraya Iglesias.
Un llamado a toda la sociedad
En un mundo expuesto a múltiples contaminantes, elegir voluntariamente un producto que contiene más de 45 compuestos cancerígenos es una decisión que debemos cuestionar colectivamente. Iglesias lo resume así: “Proteger a las futuras generaciones del tabaquismo no es solo tarea del sector salud, sino de toda la sociedad”.
