Un grupo de investigadores chilenos logró identificar microorganismos biomineros que habitan en forma natural en la región de Atacama, los cuales demostraron un alto potencial para recuperar metales de interés económico como cobalto, níquel y cobre presentes en residuos mineros.
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El hallazgo, desarrollado por el Centro de Biotecnología de Sistemas de la Universidad Andrés Bello (CSB UNAB) y el Departamento de Geología de la Universidad de Chile, ya cuenta con una solicitud de patente en Chile y en otros 157 países para proteger tanto a los microorganismos como al método de biolixiviación que permite extraer estos metales.
Kobold: el “duende” que transforma residuos en recursos
El consorcio microbiano, compuesto principalmente por bacterias, fue bautizado como Kobold, palabra alemana que significa “duende” y que da origen al término cobalto. Tras un proceso de selección genética y adaptación en laboratorio, los investigadores lograron que creciera de forma estable y a bajo costo, lo que abre la posibilidad de su uso industrial.
Durante las pruebas, Kobold recuperó hasta un 70% del cobalto y un 65% del hierro en solo 15 días, disolviendo la pirita y liberando los metales de interés comercial. Este avance permitiría posicionar a Chile entre los tres principales productores mundiales de cobalto, conocido como “oro azul” por su importancia en la fabricación de baterías de ion-litio y el impulso de la electromovilidad.
Un aporte a la minería sostenible
“El proceso tiene la doble ventaja de rescatar metales valiosos y, al mismo tiempo, eliminar riesgos ambientales como la pirita, que puede generar drenajes ácidos y contaminar aguas y suelos”, explicó Brian Townley, académico de la Universidad de Chile y director alterno del proyecto Cobalto Verde.
Este enfoque se enmarca en la lógica de la economía circular, ya que un relave libre de sulfuros y metales pesados podría reutilizarse como material de construcción, acercando a Chile a la meta de una minería cero residuos.
Próximos pasos: hacia pruebas en terreno
El proyecto cuenta con el apoyo de la minera Pucobre, socio estratégico en la iniciativa. Según su gerente de Operaciones, Pablo Tapia, este avance “tiene el potencial de revolucionar la industria minera al transformar los relaves en yacimientos con valor agregado y menor riesgo ambiental”. Los próximos pasos serán superar el 90% de recuperación de cobalto en laboratorio y validar la tecnología en una faena de Pucobre en Atacama a partir de 2026.