Un descubrimiento científico realizado en España podría cambiar la forma en que enfrentamos una de las principales causas de muerte en el mundo: la aterosclerosis. Investigadores del Centro Nacional de Investigaciones Cardiovasculares (CNIC) en Madrid confirmaron que una molécula producida por bacterias del intestino es capaz de inducir y causar esta enfermedad, responsable de millones de infartos e ictus cada año.
LEE TAMBIÉN EN CONCIENCIA 24.7:
- Confirman muerte en Arizona por peste negra: primer caso desde 2007
- Un escaneo total de cuerpo realizado a 100 mil personas podría cambiar cómo detectamos enfermedades
- Ocho bebés nacen sanos con ADN de tres personas gracias a innovadora técnica reproductiva
¿Cómo lo descubrieron?
El hallazgo se dio gracias a un proyecto iniciado hace 15 años con miles de trabajadores del Banco Santander en Madrid. Aunque todos eran aparentemente sanos, los estudios revelaron que el 63% ya mostraba signos de aterosclerosis, una acumulación peligrosa de grasas en las arterias.
Durante el seguimiento, los científicos identificaron una molécula llamada propionato de imidazol (C₆H₈N₂O₂), generada por ciertas bacterias intestinales. Esta sustancia viaja por la sangre, interactúa con glóbulos blancos inmaduros y dispara una inflamación arterial que promueve la formación de placas de grasa.
“El propionato de imidazol causa aterosclerosis por sí solo”, afirmó David Sancho a El País, biólogo del CNIC y líder del estudio, publicado en la prestigiosa revista Nature.
Más allá del colesterol: un nuevo paradigma
El descubrimiento demuestra que la aterosclerosis no es solo un problema de grasas. También tiene un componente inflamatorio y autoinmune, lo que explica por qué muchas personas sufren enfermedades cardiovasculares sin tener niveles altos de colesterol.
Y hay más: el equipo logró bloquear el receptor al que se une esta molécula, y al hacerlo, detuvieron por completo el avance de la enfermedad en ratones, incluso cuando seguían una dieta alta en colesterol. Esto abre la puerta a nuevos tratamientos, especialmente para quienes no responden bien a las estatinas tradicionales.
Un cambio que ya está en marcha
La molécula ya había sido vinculada antes a la diabetes tipo 2, y otro grupo de científicos en Alemania también había notado su conexión con enfermedades del corazón. Que dos investigaciones lleguen a la misma conclusión, en paralelo, refuerza su validez y relevancia global.
“Este hallazgo ayuda a explicar por qué personas sin factores de riesgo evidentes pueden sufrir infartos o accidentes cerebrovasculares”, destaca el cardiólogo Arash Haghikia, de la Universidad del Ruhr, a El País.
¿Qué lo causa y cómo prevenirlo?
La dieta y el estilo de vida tienen un rol clave. El estudio detectó que las personas con una alimentación rica en verduras, frutas, cereales integrales, pescado y lácteos bajos en grasa tenían niveles más bajos de la molécula en sangre. En cambio, ciertos cambios en la flora intestinal, por ejemplo, un aumento de bacterias como Escherichia, Shigella y Eubacterium; elevaban su presencia.
“Prevenir sigue siendo más fácil que diagnosticar”, decía el cardiólogo Valentín Fuster, una de las figuras detrás del proyecto, que también lidera el Hospital Mount Sinai Fuster en Nueva York.
El microbioma, en el centro de la medicina del futuro
Este avance se suma a otros estudios que muestran cómo el microbioma intestinal influye en enfermedades humanas. Por ejemplo, se ha vinculado a una toxina producida por Escherichia coli con el aumento de cáncer colorrectal en menores de 50 años, un fenómeno que ha crecido en todo el mundo.
¿Qué sigue ahora? Los científicos planean seguir investigando para identificar las bacterias responsables de producir esta molécula y avanzar en ensayos clínicos con los fármacos inhibidores. Además, el diagnóstico temprano de la aterosclerosis mediante esta molécula podría convertirse en una herramienta clave en la medicina preventiva.