Investigadores del Plymouth Marine Laboratory (Reino Unido), la Administración Nacional Oceánica y Atmosférica de EE.UU. (NOAA) y la Oregon State University confirmaron que el umbral seguro de la acidificación oceánica fue cruzado en 2020, aunque la mayoría del mundo aún no lo ha notado.
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¿Qué es la acidificación oceánica?
La acidificación del océano ocurre cuando el dióxido de carbono (CO₂) es absorbido por el mar, reduciendo su pH y alterando su equilibrio químico. Este fenómeno, a menudo llamado el “gemelo malvado del cambio climático”, debilita arrecifes de coral y disuelve lentamente las conchas de organismos marinos como moluscos, ostras y mariposas marinas.
Un “reloj de tiempo” ecológico
“La acidificación no es solo una crisis ambiental, es una bomba de tiempo para los ecosistemas marinos y las economías costeras”, señaló el profesor Steve Widdicombe, codirector de la Red Global de Observación de la Acidificación Oceánica, según The Guardian.
El estudio reveló que el 70% del océano a 200 metros de profundidad ya ha superado el umbral seguro, definido como una disminución del 20% en la concentración de carbonato de calcio respecto a niveles preindustriales. Esta sustancia es clave para que muchas especies mantengan sus estructuras calcáreas.
Ecosistemas vulnerables
La investigadora Helen Findlay, coautora del informe, subrayó a The Guardian que “la mayoría de la vida marina no habita en la superficie”, por lo que los efectos a esas profundidades pueden ser más catastróficos de lo previsto.
Los impactos no se limitan a la biodiversidad. Ecosistemas enteros, incluyendo arrecifes tropicales y de aguas profundas, podrían colapsar, afectando directamente a miles de comunidades que dependen del mar para su subsistencia.
¿Qué se puede hacer?
La solución global es clara: reducir las emisiones de CO₂. Sin embargo, los autores también llaman a proteger a las especies y regiones más vulnerables con medidas de conservación específicas.
Para Jessie Turner, directora de la Alianza Internacional contra la Acidificación Oceánica, “este informe demuestra que estamos quedándonos sin tiempo. Lo que hagamos ahora definirá el futuro de nuestros océanos”.